Entre las leyes que más sorprenden de Singapur, a parte de la del chicle, está la obligatoriedad de tirar de la cadena después de ir al lavabo. Al que no lo haga y te pillen se enfrenta a una multa de S$500, algo así como 250€. Según el Gobierno de Singapur, tras un inicio en el que abundaban las multas, parece que los delincuentes de la caca y el pis han disminuido.
Y me pregunto yo: ¿Cómo te pueden pillar si no has tirado de la cadena?
Gracias a la generosidad de los Miró Bruix, estoy disfrutando de la lectura de mi primera guía sobre Singapur, la edición inglesa de la Lonely Planet sobre esta ciudad y que se titula "Singapore City Guide". A través de sus más de 200 páginas, explica de una forma muy práctica todos los aspectos de la ciudad, dónde vale la pena ir, dónde tenemos que colarnos sin parecer unos guiris y dónde tomarnos un buen plato de fideos por 4$.
Está estructurada en diferentes capítulos, que van desde la historia del país, las zonas a visitar por barrios, las comidas, o las compras. Como en todas las Lonely Planets, te explica a qué chiringuito de qué calle de Chinatown deberías ir, aunque como siempre se queda corta en fotos (que siempre hace ilusión ver). Una buena guía actualizada en 2006.
Esto es lo primero que te dice alguien cuando le dices que te vas a Singapur: "¿Es verdad lo del chicle?". La primera vez que lo oí me sonó a leyenda urbana, pero empecé a investigar y es completamente cierto. Desde 1992 está prohibido tanto el consumo, como la venta y la importación de chicle (es decir, entrar en el país con un paquete en el bolsillo). El origen de esta prohibición está en la lucha por un ciudad limpia que el gobierno de Singapur ha intentado inculcar en sus ciudadanos. Así que me pasaré todo el verano tomando chicle, para compensar 12 meses sin chicles. ¡Suerte que puedo pasar un puente hasta Malasia, quitarme el mono de chicle y volver!
Tengo noticias para todos: ¡Me voy a vivir un año a Singapur! Sí, tal cual. Empiezo el 1 de octubre de 2008 y acabo el 30 de septiembre de 2009. Sé que tal vez habría que contarlo con algo más de gracia, pero de momento no sé cómo contarlo mejor. Es, como le comentaba a mi abuela, como cuando vas al Burger King, te ponen una triple Whopper y no sabes por donde incarle el diente. Algo muy jugoso y sabroso, pero muy grande jajaja.
De momento, si alguien quiere entretenerse, aquí os dejo el blog de un canario que está trabajando en la Oficina Comercial de España en Singapur, y que está haciendo lo mismo que iré a hacer yo el año que viene.
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