Wednesday, April 29, 2009

Mañana me voy a Myanmar


Mañana salimos para Myanmar. Aún no tenemos los visados (ni los pasaportes), pero parece que Denise irá esta tarde a por ellos a la embajada que está cerca de su trabajo. ¡Vaya quebraderos de cabeza que nos ha dado este viaje! Yo con poner los pies en la antigua Birmania me doy por satisfecho :D. Pues aprovechamos que el viernes es festivo (Día del Trabajo) para hacer una escapada de 4 días (del jueves por la mañana al domingo por la noche) a la capital, Yangon. Voy sin nada preparado, así que tocará esta tarde ponerse al día de los templos, idiomas y costumbres locales. Estoy contento del viaje, porque si tengo que hablar del trabajo...

Thursday, April 23, 2009

K en Sg

Ya que por distintas razones K no puede escribir en su blog (what have you done this time?? :P) sobre su visita a Singapur, voy a hacer un rápido repaso a lo que dio de sí su visita de jueves a lunes. Sí, llegó el jueves, pero no pudo llegar como la gente normal por la tarde, sino que tuvo que ser a las 7 de la mañana. ¡SUEÑO! En cuanto salió del avión nos fuimos para casa, la dejé durmiendo en Lucky Tower, y a la hora de comer se acercó a Suntec City a comer algo en el food court. Chicken ramen right? Yo opté por uno de mis favoritos, la sopa de tomate china. Conoció a Joey, Paula y Ana, y después se volvió a casa, ya que había quedado con Faz para tomarse una deliciosa merienda en el PS Cafe de Orchard. Creo que empezaron a conspirar lo que harían por la noche, ya que habíamos sido invitados por Faz a la inauguración de VIP Magazine, la revista en la que trabaja como editora de moda. Vaya fiesta que nos pegamos: barra libre de champán, canapés a tutiplen y todos los amigos por ahí. Y lo que es más importante: conseguimos "tomar prestados" unos manteles de la fiesta para la toga party del sábado.

Pero no vayamos tan rápido. El viernes con cara de perros fuimos a la oficina, y Ana y yo no necesitamos más que una mirada para comentar lo mal que nos encontrábamos tras una noche de locura como había sido. K volvió pasarse a comer, y nos dimos el placer de un bufet de sushi. Riquísimo. Entonces se fue por ahí a visitar el Colonial District, la Esplanade y volvió a quedar con Faz, pero esta vez en la calle más de moda de Singapur: Club St. Allí fue donde me las encontré, y cuando Faz se volvió a casa me fui con K a Boat Quay y al CBD (Central Business District) a dar una vuelta. El día estaba siendo agotador, por lo que volvimos a casa a echarnos una siesta, para estar frescos por la noche. Cenamos un delicioso satay en Lau Pa Sat (ternera, pollo y langostinos) y tras dar una vuelta por el Merlion nos fuimos a St James Powerstation, donde nos esperaba una noche de diversión. Tuvimos de todo: gran banda en directo, un poco de Mambo Jambo, música electrónica, pachanguilla latina y mucho hiphop y R/B en el Boiler Room, donde incluso tuvimos unas cuantas copas gratis a cargo de los amigos de Faz.

El sábado amanecimos algo tarde. Tras el preceptivo desayuno singapurense (tostadas de coco, huevos medio crudos y café con leche condensada) nos fuimos a ver Little India, ya que parece que K no tuvo suficiente con Big India. Una pena que el templo grande estuviese cerrado, por lo que volvimos hacia Arab St a tomarnos algo de beber. Hacia un sol del carajo, y como la chica se quería poner morena, volvimos a casa a disfrutar de la piscina. Y qué mejor que disfrutar de la piscina... de los vecinos, que parece un club social con todas las filipinas bajando comida a los niños rubitos. Ahí estuvimos hasta que casi se hizo de noche, cuando nos cambiamos y nos fuimos a tomar algo a New Asia Bar, el garito con mejores vistas de Singapur. Copa (o copas, según la persona de la que hablemos, right?) y cena en el foodcourt japonés de Raffles City. Otro acierto con la pasta, la ensalada de vieiras y las empanadillas japonesas. El plato fuerte del día estaba por llegar: toga party en casa de Gonza y Barry. Toga party es una fiesta a la que la gente va vestida de romanos, con una túnica y a poder ser sin calzoncillos (alguno se saltó este requisito!). Divertido, y como siempre, algunos bebieron más que otros (es lo que tiene la viña del Señor, y nunca mejor dicho).

El domingo tampoco empezó muy tarde, y decidimos ir a tomarnos un brunch. Tardamos en encontrar el Basilico (sí, en Bombay también comimos un día en un restaurante homónimo) pero valió la pena. El restaurante del Regent Hotel tiene un brunch de impresión: comimos carne (un solomillo buenísimo), pescado (mero y salmón), berenjenas al horno, quesos, foie a la plancha... Todo ello regado con unos riquísimos zumos y un agua fresquísima. Para intentar bajar esta orgía de comida (food coma, como le llama K) fuimos al Jardín Botánico, y disfrutamos de unas horas de sol (y sudor). Pero el día no podía seguir sin bajar a la piscina a descansar un poco. Por la noche nos pusimos nuestras mejores galas y fuimos a tomar algo al Loof (donde perdí las llaves, que las volví a encontrar el martes), y luego intentamos escuchar jazz en el BluJazz Cafe, pero estaba cerrado. Por suerte me acordé del sitio en Boat Quay (Jazz @ SouthBridge), y fue el colofón a un gran día, ya que había una jam session, en la que tuvieron el placer de disfrutar de la bella voz de K.

Unos grandes días en Singapur :D

Tuesday, April 21, 2009

RIP a la gastronomia


He ido al McDonald's. Dos veces en el mismo día. Dos spicy chicken wraps.

Thursday, April 16, 2009

Reacciones Bombay


Bombay me sorprendió desde que baje del avión. Bueno, tal vez me sorprendió desde que monté en el avión, porque vaya diferencia entre Air India Express y Jet Airways. Bombay es una ciudad mucho más moderna, cosmopolita y vibrante culturalmente que Delhi, Calcuta o Agra. Si alguien va buscando la India descarnada, de animales muertos en la calle y de miseria en todos lados, que no vaya a Bombay. Con esto no estoy diciendo que no haya miseria en Bombay, que la hay y mucha, pero lo que quiero decir es que también tiene el otro lado de la moneda, algo que no vi en mi anterior viaje a la tierra de Mahatma Gandhi.

Bombay tiene clubes nocturnos, bares de moda, restaurantes occidentales y buenos coches. Se ve una clase social alta, que no es la mayoría pero que se deja ver. Se ven buenos hoteles (tal vez algunos de los más lujosos del mundo) y el centro de la ciudad disfruta de un urbanismo de calles mucho más limpias que lo que había visto y con una jardinería cuidada. No es un paradigma de limpieza, pero en este aspecto no dista tanto de otras ciudades consideradas mucho más avanzadas, como Kuala Lumpur. Tal vez no nos sentimos tan guiris como la otra vez que fui porque ni kay ni yo parecemos los típicos guiris, en gran medida por su pasado filipino que podría pasar por indio del norte y yo por el moreno de mi piel. Y eso de que la gente no se haga tantas fotos contigo hace que uno sienta que pasa mucho más inadvertido. Si es que ir a la India con Ana y Jorge fue como entrar con un elefante en una cacharrería.

Así que si querías encontrar un sitio en la India donde pasar unos días tranquilos, con una bella bahía, con las bellas ruinas de isla Elephanta a una hora y con un ambiente más occidental, Bombay es vuestro destino. Y qué decir si lo que buscais es un sitio en la India donde vivir.

Tuesday, April 14, 2009

Viaje a Bombay


De vuelta de pasar una Semana Santa magnífica, voy a compartir con todos vosotros este viaje maravilloso a un país que no deja de sorprenderme. Llegué a Bombay el miércoles por la noche, y nada más salir del avión me di cuenta que eso no era la India que yo había visto. El aeropuerto, sin ser algo espectacular, tiene pinta de aeropuerto, y no de estación de autobuses como el de Calcuta. Salí con todas las ganas de mundo de la terminal, pero no había nadie esperando. ¡Qué raro! ¡Si es que Kay estaba en la otra puerta! Hacia casi dos años que no nos veíamos, y fue un momento muy especial.

Así que nos metimos en el taxi hacia Bombay. Para el inculto (como yo) que no lo sepa, Bombay es una isla (bueno, un conjunto de islas) que dan al Mar Arábigo. Como Kay está trabajando en el norte, decidimos que lo mejor para conocer la ciudad era pillar un hotel céntrico, cerca de las atracciones turísticas, para no tener que estar todo el día de arriba a abajo. Y el West End Hotel fue la solución ideal. Aunque está delante del Hospital de Bombay (donde de alguna manera se junta un poco lo mejor y lo peor del lugar) tuvimos suerte porque nos tocó una habitación SÚPER grande, y que daba a la parte de atrás. El servicio del hotel estuvo siempre muy correcto. Y el hecho de que esté al lado de un hospital grande ayuda mucho con los taxis para que te vuelvan a casa :).

Esta primera noche, con el cambio de hora y el cansancio nos quedamos por el hotel, dormimos como unas marmotas, y bien por la mañana bajamos a dar cuenta del buffet de desayuno. La primera parada de nuestro turisteo fue la Puerta de la India, un monumento colonial en honor a Jorge V del Reino Unido. Primeras fotillos, algún salto que otro e inmersión total en el mundo indio. Al otro lado de la plaza (y aunque nos costó más de la cuenta encontrar la puerta) está el Hotel Taj Mahal Palace. Muchos de estos edificios tienen un curioso y tal vez cuestionable estilo Indo-Gótico, que le da un caracter especial a la ciudad. Entrar en el hotel es pasar del tercer mundo al primer mundo, con tiendas de Louis Vuitton por cuyos escaparates pasan niños desnudos de la calle. Subimos hacia el famoso Regal Cinema, y visitamos el Museo del Príncipe de Gales, que como todo en la India ha cambiado de nombre, y ahora han optado por el facilmente pronunciable Chhatrapati Shivaji Maharaj Vastu Sangrahalaya. Tienen una tonteria encima con lo de los cambios de nombres y ciudades, y todo por una maldita vena nacionalista.

El museo no está mal, pero como todo en la India (me parece que es la tercera vez que uso esta expresión... tendré que empezar a caer menos en los tópicos) tiene unos precios abusivos para turistas, que pagan 25 veces el precio de una entrada para un indio. Suerte que Xevi aún tiene su carnet de estudiante de la UAM, y pagó como indio! Por dentro el museo muestra objetos arqueológicos, artefactos de vida cotidiana, armas y hasta una colección de pintura colonial. Todo esto dentro de una atmósfera de museo colonial, con polvo en todos lados y aire de nostalgia. Muy interesante. Seguimos pateando las calles de Bombay, hasta que nos entró el hambre, y nos metimos en el restaurante recomendado por la guía Time Out (sí, sí, la que nos ha salvado la vida) de la zona. Un restaurante súper bien puesto, en el que degustamos un panir riquísimo acompañado de un arroz con cominos que estaba para chuparse los dedos. Así por la tarde seguimos andando hacia los Maidans, donde se concentran cientos de jugadores de cricket, y de ahí llegamos a la costa de la bahía de Bombay, donde disfrutamos de la brisa e incluso nos atrevimos a bajar a la playa (que no quiere decir que nos atreviesemos a meter el pie en el agua!). Aprovechamos la buena noche para ir a tomar una copa al Dome del Hotel Intercontinental, que tiene una magnífica terraza sobre la bahía. Cenita en un sitio con música en directo (mal me estoy acostumbrando...) y vuelta al hotel.

El día siguiente amaneció con un buenísimo sol (¿y cuando no lo hace en esta fabulosa ciudad? Prefiero no saber lo que es eso que llaman el monzón) y la Time Out nos recomendó ir a una restaurante cerca de la estación de tren. Buenísimo cordero acompañado de pan y de postre un poco de brownie con helado de vainilla (a quien se le ocurre pedir eso en un restaurante de comida india? pues no les quedó tan mal jajaja). De ahí nos movimos hacia la estación de tren, la famosa Estación Victoria. Ups, perdón, que ahora se llama Estación Chhatrapati Shivaji. También de estilo neo gótico, es una maraña de gente gritando, andenes relpletos de gente esperando el tren, y me hizo muchísima ilusión ver el sitio donde se grabó la canción final de Slumdog Millionaire. Anduvimos más y más por las calles de Bombay, pasamos por St Xavier College, St Xavier High School (lo bueno abunda eh!), pasamos por el mercado de Crawford y decimos que lo mejor para acabar el día era ir a la zona rica de Malabar Hill. Sobre una de las montañas que rodea la bahía se encuentran algunas de las mejores casas de la ciudad y se puede disfrutar de unos magníficos parques y vistas desde los Jardines Colgantes de Bombay o desde el parque Kamala Nehru.

Y ya estamos a sábado, el día en el que planeamos nuestra escapada a la Isla Elephanta. Ahí se encuentran unas impresionantes ruinas precoloniales del siglo IX al siglo XIII que consisten en templos excavados dentro de cuevas. FLIPANTE. Tras unas magnifícas fotos, sudar mucho, beber 3 litros de agua (sin exagerar), volvimos a tierra firme en el ferry que une Bombay con la isla. La gordita de Kay tenía ganas de comer algo occidental, así que fuimos al Basilico, un restaurante de cocina mediterranea, donde los dos disfrutamos de una deliciosa comida italiana. Ella optó por los ñoquis con pisto (será que he salido a mamá y cada vez me gustan menos los ñoquis?) y yo opté por unos deliciosos raviolis con salsa de crema y limón. A falta de tarta de chocolote pedimos un tiramisú que no mataba. Seguimos bajando hacia el sur de la isla, sin rumbo, y tras muchas vueltas volvimos a acabar en la bahía y donde disfrutamos de una preciosa puesta de sol. Por la noche salimos a mover el culete en uno de los bares de moda de Bombay (ni me pregunteis por el nombre ni por donde está, que no me acuerdo! kay, ayuda!) y aunque algo caro (bastante caro) nos lo pasamos bien. ¿Alguna vez habeis roto el hielo en una discoteca, habeis empezado a bailar y os ha seguido toda la gente? Pues esos fuimos nosotros :D.

El domingo era el último día, y para empezar bien fuimos a la misa de Domingo de Resurrección a la Catedral del Santo Nombre. Por suerte la misa fue en inglés (yo ya me preparaba para rezar en maratí) y tras la misa dimos cuenta de un brunch en Deli Indigo. Me acuerdo que tiempo atrás, cuando estaba en Washington, pude disfrutar unos huevos benedictinos, así que los pedí (me parece que Kay tuvo cierta envidia de mi, porque pidió lo mismo jaja). Muy ricos, así como el plato de mango con helado de mango que llegó de postre. El resto de día lo pasamos por el centro de Bombay, disfrutando de unas cervezas en el Cafe Leopold, y volviendo a sorprendernos con lo variopinta que es la sociedad india. Taxi, aeropuerto y vuelta a Singapur.

Wednesday, April 1, 2009

Visita pekinesa

El pasado jueves era fiesta en la Oficina Comercial de Singapur (San José), por lo que aprovechamos para hacer una escapada a China. Hacía tiempo que me interesaba este país, y tras haber visitado India, CHina era el otro candidato a super potencia del siglo XXI que me quedaba por visitar.

Para aprovechar al máximo el viaje decidimos viajar el miércoles por la noche a Pekín y volver el domingo por la noche a Singapur (llegando al aeropuerto de Changi a las 5 de la mañana). 4 días enteros en Pekín dan para mucho. El primer día aprovechamos para ver la plaza de Tian'anmen (impresionante), la Ciudad Prohibida (gigante), la xxxxx y la Pagoda Blanca. De vuelta a casa estábamos reventados, por lo que nos echamos una buena siesta y por la noche salimos a tomar algo. Al día siguiente fuimos a visitar el Palacio de Verano, residencia estival de los emperadores de China. De vuelta pudimos admirar el Estadio Olímpico (una maravilla), así como los edificios que se encuentran a su alrededor (Cubo de Agua, Centro de Prensa, Sala de Esgrima...). Cenamos por la zona de xxx, pero con el cansancio y lo que nos esperaba al día siguiente decidimos retirarnos a una hora decente.

El sábado fue el gran día en el que fuimos a la Gran Muralla. Y se llama Gran Muralla por algo: xxx kilómetros de muralla, que se extienden por todo el territorio chino, y que en otros tiempos sirvió como medida defensiva y como canal de comunicación entre los territorios chinos que se encontraban amenazados por los pueblos mongoles. Estuvimos en la zona de Simatai, y aunque tal vez no es la zona mejor conservada de la muralla, sí que es una zona con muy pocos turistas, y unas vistas impresionantes (eso sí, está a 110 kilómetros de Pekín). A la vuelta de la Gran Muralla fuimos de compras, que en Pekín es sinónimo de ir a la caza de la mejor falsificación. No soy yo muy de compras, pero cayeron un par de polos y unas zapatillas. Por la noche cenita en casa de un amigo y salir al Vics, una discoteca de lo más pijo en el Estadio de los Trabajadores. La incosistencia de la China COmunista del siglo XXI.

El domingo ya era nuestro último día, y nos aconsejaron visitar el Templo del Cielo (muy chulo). Ahí es donde los emperadores hacían los sacrificios a los dioses para las cosechas, ya que los chinos siempre han sido personas muy supersticiosas. Salimos del Templo (que está en un gran parque donde se reune la gente para cantar, bailar o jugar a la indiaka) y nos tomamos un pato a la pekinesa que me supo a poco. Luego otro paseo por el centro, y como los demás se querían ir de compras, y yo no estaba mucho por la labor, pues decidí volver andando a casa de Javi, que está a unos 9 kilómetros de Tian'anmen. Una prueba de fuego para las nuevas zapatillas que cumplieron de forma sobresaliente.

Una buena visita a una ciudad que esperaba que mi impresionase más.

Reacciones a la visita a China

China ya no es lo que era. Para lo bueno y para lo malo. Bueno, yo sólo puedo hablar de Pekín, así que diré que Pekín ya no es lo que era. Esta ciudad ha debido de cambiar muchísimo para los Juegos Olímpicos, porque el Pekín que me encontré fue una ciudad moderna, casi europea, con calles anchas y limpias, edificios espectaculares, trafico ordenado, buenísima infraestructuras... Una delicia de ciudad. Dicen los nostálgicos que se han cargado la esencia de Pekín, y tal vez sea verdad, porque no sentí el gran choque cultural que experimenté en la India. No sé porqué, pero yo los metía en el mismo bote a la India y a China, por los chinos les llevan décadas de ventaja a sus vecinos del sur. Es el mejor ejemplo de que la democracia puede no siempre ser el mejor régimen para el desarrollo económico de un país (perdonad que diga esto...).

Me ha impresionado Pekín por el exquisito trato que hemos recibido como turistas. Yo me veía regatean taxis en chino, pero lo primero que hacen es ponerte el taxímetro, y al llegar al destino te dan un papelito en inglés con el importe. Han hecho un gran esfuerzo por señalizar todo en chino y en inglés (super útil) y a su manera los chinos son gente maja. Eso sí, una gran decepción porque son de la gente más fea que he conocido en mi vida jaja. Los chinos de Pekín, cosa que me hace valorar más la belleza del chino de Singapur :D.