Entre las leyes que más sorprenden de Singapur, a parte de la del chicle, está la obligatoriedad de tirar de la cadena después de ir al lavabo. Al que no lo haga y te pillen se enfrenta a una multa de S$500, algo así como 250€. Según el Gobierno de Singapur, tras un inicio en el que abundaban las multas, parece que los delincuentes de la caca y el pis han disminuido.
Y me pregunto yo: ¿Cómo te pueden pillar si no has tirado de la cadena?
Esto es lo primero que te dice alguien cuando le dices que te vas a Singapur: "¿Es verdad lo del chicle?". La primera vez que lo oí me sonó a leyenda urbana, pero empecé a investigar y es completamente cierto. Desde 1992 está prohibido tanto el consumo, como la venta y la importación de chicle (es decir, entrar en el país con un paquete en el bolsillo). El origen de esta prohibición está en la lucha por un ciudad limpia que el gobierno de Singapur ha intentado inculcar en sus ciudadanos. Así que me pasaré todo el verano tomando chicle, para compensar 12 meses sin chicles. ¡Suerte que puedo pasar un puente hasta Malasia, quitarme el mono de chicle y volver!
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