El miércoles 10 de diciembre empezó el 8º Festival Internacional de Guitarra de Singapur (programa aquí, 1Mb). Entre los colaboradores del evento está la Embajada de España, por lo que conseguimos entradas para el concierto inaugural. Los interpretes eran dos guitarristas brasileños: Paulo Bellinati y Cristina Azuma.
Antes de tocar, el protocolo hizo que hablasen el organizador del festival (algo nervioso ante tanta personalidad), el embajador de Brasil en Singapur (en tipo muy simpático y que dio un gran discurso sobre las relaciones Brasil-Singapur y la cultura sin necesidad de leer nada) y Lui Tuck Yew (Ministro Senior de Estado de Educación y Ministro de Información, Comunicación y Las Artes [discurso aquí]). Después salieron los artistas, y la primera impresión fue que la batuta la llevaba Bellinati. Muchas canciones habían sido compuestas por él, con ritmos que iban desde la samba hasta el jazz, pasando por guiños al rock. Musica innovadora, con raices brasileñas. Pero tambien con ritmos árabes y europeos, porque Azuma lleva 20 años viviendo en París. Lo mejor llegó con los bises, cuando Bellinati dijo: "Don't be too scared with next song. Any Noise Is Music". E interpretaron una canción totalmente transgresora, son pies ni cabeza, en la que acabaron dejando las guitarras y dando palmas, haciendo ruidos con el escenario, y todo el mundo se unió a ellos son grandes sonrisas.
Además del concierto, tanto a la entrada como en el intermedio hubo un cocktail. Muy pobre en contenidos comestibles y pasable en contenidos bebibles. El vino fue aportado por la Embajada de España :).
Antes de tocar, el protocolo hizo que hablasen el organizador del festival (algo nervioso ante tanta personalidad), el embajador de Brasil en Singapur (en tipo muy simpático y que dio un gran discurso sobre las relaciones Brasil-Singapur y la cultura sin necesidad de leer nada) y Lui Tuck Yew (Ministro Senior de Estado de Educación y Ministro de Información, Comunicación y Las Artes [discurso aquí]). Después salieron los artistas, y la primera impresión fue que la batuta la llevaba Bellinati. Muchas canciones habían sido compuestas por él, con ritmos que iban desde la samba hasta el jazz, pasando por guiños al rock. Musica innovadora, con raices brasileñas. Pero tambien con ritmos árabes y europeos, porque Azuma lleva 20 años viviendo en París. Lo mejor llegó con los bises, cuando Bellinati dijo: "Don't be too scared with next song. Any Noise Is Music". E interpretaron una canción totalmente transgresora, son pies ni cabeza, en la que acabaron dejando las guitarras y dando palmas, haciendo ruidos con el escenario, y todo el mundo se unió a ellos son grandes sonrisas.
Además del concierto, tanto a la entrada como en el intermedio hubo un cocktail. Muy pobre en contenidos comestibles y pasable en contenidos bebibles. El vino fue aportado por la Embajada de España :).
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