Monday, June 8, 2009

I LOVE JAKARTA

Gran fin de semana que he pasado en Yakarta. Este destino está lleno de estigmas: que si la ciudad es peligrosa, que si las ratas son del tamaño de mi perro, que si es sucio e inhabitable... Pues todos estos prejuicios se me pasaron tras el fin de semana en casa de Óscar, nuestro informático de la Oficina Comercial de Yakarta.

Llegué con algo de retraso el viernes por la noche, ya que el avión de Air Asia que me llevaba desde Singapur tuvo cambios en la tripulación de cabina. Al llegar a Indonesia hice el visado en el aeropuerto (visa on arrival = 10USD), y de ahí al taxi hacia casa de Óscar. Me estaba esperando para salir a tomar algo. Los españoles no se animaron, así que nos fuimos él y yo al Blues Bar (más conocido como BBs). Allí pude admirar al mejor grupo de rock en directo que he visto desde que llegué a la zona. Un conjunto de bateria, guitarra y bajo que interpretaron clásicos del rock con un toque muy personal. Después de eso, y aún en el BBs, esperamos un rato al concierto de reggae. La cosa estaba decayendo un poco, por lo que nos fuimos al famoso Red Square.

El Red Square es un bar de copas muy frecuentado por la élite local. La entrada cuesta 90.000 rupias, incluye una copa, y merece la pena. Todas las mesas del local se covierten en tarimas, y la gente empieza a subirse a ellas y bailar al ritmo de unos buenísimos temazos dance. El sábado el local se anima aún más con espectáculos de fuego y con exhibiciones de los barmans.

El Red Square y toda la semana que llevábamos trabajando pasaron factura, por lo que a la hora que cerró (las 4?) nos fuimos a casa. Óscar vive en un céntrico edificio de apartamentos, y vive solo en un piso que tiene un salón, una cocina, un dormitorio, un baño y un cuarto de los desastres. Mucho calor (no sé cómo puede vivir ahí jajaj), pero súper bien situado y con una piscina de impresión.

El sábado nos levantamos bien pronto y nos fuimos a ver lo poco que tiene Yakarta para ver. Salimos en la moto hacia la Embajada de España, donde aparcamos el vehículo. La moto es el medio de transporte más rápido en esta cahótica ciudad. De la Embajada nos fuimos andando al Monas, el monumentos nacional de la independencia. Un gran minarete en el medio de la ciudad. El calor empezó a pasarnos factura, por lo que decidimos meternos en unos centros comerciales, al más puro estilo Asia. Por lo que comenta Óscar, Yakarta es una ciudad donde los fines de semana intentas matar el tiempo hasta que llega la noche, por lo que como nunca había estado en un spa y me hacía ilusión, nos fuimos a uno. Llegamos y probamos el jacuzzi frío (metí el pie y lo saqué), el caliente (vaya bajada de tensión), la piscina, la sala de vapor, la sauna... Y el plato estrella era el masaje tailandés de 1 hora y media. Un sitio de mucho lujo, con un personal educadísimo y por un buenísimo precio.

Medio muertos nos dejó el spa. Pero nos animamos y fuimos a buscar a Eliseo para salir a cenar. Nos fuimos a la otra punta de la ciudad a un pub inglés donde habíamos quedado también con Ramón, un español interesantísimo que estaba currando para Ericson. Me tomé un fish and chips bastante flojo (la hamburguesa de Óscar estaba riquisima) y para "cambiar" volvimos al Red Square. Más de lo mismo, aunque esta vez con fuego. Y como no podía irme de Yakarta sin ver el mítico Stadium, pues nos pillamos un taxi para allá. Tras darnos la vuelta de la vida llegamos a este local, frecuentado por gente que consume drogas y que quiere sexo por dinero. No hicimos ni lo uno ni lo otro :). Nos volvimos a casa cuando ya era de día...

El domingo amanecimos con el despertador (nada más nos hubiese levantado), y nos fuimos a dar una vuelta por el barrio de Óscar. Un centro comercial, comida y última vuelta en la moto hasta la estación de autobuses, donde pillé el que iba al aeropuerto. Un gran fin de semana en un buen destino.

4 comments:

Unknown said...

quina enveja, m'en alegro que lo hagis pasat be

xevi said...

a veure si pujo mes fotos al facebook...

Gildo Kaldorana said...

La verdad es que Jakarta es mucho Jakarta.
No se, todo el mundo echa pestes de Jakarta, a mi sin embargo me encanta.
Supongo que es como todo, hay que acostumbrarse e ir eliminando lo que no te gusta y sin embargo andar por lo que te gusta, y asi terminas queriendo Jakarta. Claro, esto supone no pasar un dia ni dos,sino un año o dos o tres....
Dentro de poco voy para alla, a ver lo que me depara...
Salud y suerte.

xevi said...

buenos días gildo:

¿nos conocemos? bueno, pues sí, ya veo que eres un gran experto en esa ciudad :). y que haces fuera de ella ahora? un saludo desde Singapur

xevi