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Friday, August 14, 2009

Visita a Bangkok


Aprovechando el Día Nacional de Singapur y que teníamos un fin de semana de 3 días, me llevé a mis padres a Bangkok. Creo que es una ciudad que ellos solos no hubieran visitado y creía que tras mis dos visitas podría hacer de buen guía por los principales monumentos.

Ir de vacaciones con mis padres no es ir de vacaciones para mucha gente. Tienen la curiosa costumbre de levantarse a las 8 cada mañana, caminar una docena de kilómetros por las calles de la ciudad en cuestión, desayunar mucho y comer poco. Las guías están para seguirlas, y pobre del restaurante que esté en la guía y haya cerrado antes de que lo visitemos, porque se ganará una retaila de maldiciones por parte de mi padre.

A Bangkok llegamos el viernes por la noche, tras un buen vuelo con Air Asia, que nos hizo viajar en un avión bastante viejo (cuando normalmente son siempre nuevos). El hotel en el que nos quedábamos, el Le Fenix de la cadena Accor, estaba situado en Sukhumvit, en la bocacalle número 11, muy cerca de la zona comercial. Nos fuimos a dormir pronto, sabiendo lo que nos esperaba a la mañana siguiente.

El sábado despertamos pronto, y tras desayunar en el hotel, nos fuimos en taxi hacia el Gran Palacio. Este complejo de arquitectura tailandesa y romántica, se empezó a construir en 1782 y fue la residencia real hasta 1946. Por suerte coincidimos con una visita guiada, que nos llevó por los principales templos del complejo y nos contaron parte de la historia de los edificios. Saliendo del palacio, y cruzando una calle, está el templo de Wat Pho, que alberga una de las mayores imágenes de buda (en postura reclinada y con 46 metros de longitud) y ocupa más de 80.000 metros cuadrados. Este es uno de mis templos favoritos y no nos decepcionó.

Como os he dicho, mis padres son caminantes, así que lo que otra gente haría en taxi, nosotros anduvimos hasta Khao San Road. Esta calle es el centro mochilero de Bangkok, y es una mezcla curiosa de bares, restaurantes baratos, tienduchas, hostales y puestecillos donde te venden desde un carnet de conducir español hasta una película porno. Aquí pudimos disfrutar de nuestro primer pad thai y de una cerveza Singha bien fría. No nos entretuvimos demasiado, porque al día aún le quedaban bastantes horas, y nos fuimos al mercado de Chatuchak a pasar la tarde. Este mercado, el más grande del mundo al aire libre, tiene todo lo que te puedas imaginar, y ahí es donde me compré mis nuevas zapatillas Tiger marrones (copiando a Kay!). Volvimos al hotel y Santi y yo decidimos que teníamos dos misiones para completar el día. La primera era hacernos un traje, y aunque fue algo complicado, conseguimos solventarla en menos de una hora. La segunda era darnos un masaje, y tras encontrar un sitio correcto, nos relajamos durante una hora.

Uy, que no se me olvide. Este día era el cumple de mi padre. Por eso, nos fuimos a cenar a un restaurante bastante bien puesto, en Sukhumvit 11, que se llama Zanzibar. Luces tenues, mucha vegetación y música en directo para disfrutar de comida local, aunque yo opté por una pizza :). Vuelta al hotel, tras un día largo y completo.

Mi madre dijo que le apetecía ver un mercado flotante, por lo que llegamos al hotel y preguntamos. Nos dijeron que sí, que era posible, y que saldríamos al día siguiente a las 6:30 hacia el mercado. No sabeis lo contentos que estaban mis padres de empezar el día tan temprano... La furgoneta estaba compuesta de un conductor, un guía parlanchín, y turistas de india, estados unidos y españa. Fuimos hasta el mercado flotante, y tras hacer el primer trozo en barca grande, nos dejaron en la zona para que hiciesemos un poco nuestra vida. Nos alquilamos una barca a remos, conducida por una tailandesa de 250 años, y nos llevó por toda la zona. El mercado, que es puramente turístico, es una buena experiencia. Me gustó. Almorzamos algo (unas frutas y unos noodles) y nos montamos en la furgoneta.

Nosotros pensábamos que la excursión era solamente el mercado flotante, pero nos dimos cuenta que también nos llevarían a montar en elefante y a ver una granja de cobras!! Lo del elefante nos hizo mucha ilusión (al menos a mi) y me monté en el segundo elefante con mi primo (el primero era para los padres). Nos tocó un conductor de elefantes super enrollado, porque a mitad de camino por la selva tailandesa me dijo: "¿Quieres llevarlo?". Y se bajo, me pidio la camara y me empezó a hacer un reportaje llevando el elefante. Super majo. Luego cambiamos de conductor y llevó Santi el elefante.

La granja de cobras fue otra historia. Solo entraron al espectáculo mi madre y mi primo, y dicen que fue todo un show. Parece ser que cogían cobras con la boca, que las daban vueltas, que las pasaban por el público, que una serpiente mordió a uno de los domadores... De vuelta hacia Bangkok paramos en una fábrica real de muebles de madera horteras e impresionantes. Ya en Bangkok fuimos a los centros comerciales a pasar la tarde. Comimos en uno de ellos y anduvimos de vuelta al hotel. Nos tomamos la tarde de relax, usamos la piscina del hotel, miramos el internet en un ciber de la zona y cenamos en el buffet del Westin Hotel.

El lunes ya era el último día en Bangkok, y aún nos quedaban unas cuantas cosas por ver. Por la mañana fuimos hacia la casa de Jim Thompson, un empresario estadounidense que en los años 50 empezó un prospero negocio de seda en Tailandia y se "construyó" una casa en Bangkok con 5 casas que compró por Tailandia. Muy bonito y un buen tour que nos dieron por dentro. Y para acabar el día antes de volver hacia el hotel y salir al aeropuerto fuimos a la mansión Vimanmek, antigua residencia real de estilo colonial. Muy bonita pero con una seguridad estupida que no te deja entrar ni con móviles ni con cámaras al recinto.

Volvimos al hotel, recogimos los trajes que nos habíamos hecho y nos fuimos al aeropuerto de vuelta a Singapur. Gran fin de semana. Mas fotos en estos enlaces:

Álbum de Bangkok.
Álbum de los elefantes.
Álbum del mercado flotante.

Thursday, August 13, 2009

Viaje a Bali


Aprovechando que Kay iba a venir a Singapur a pasar su cumpleaños, me pillé los últimos días de vacaciones que tenía para irme con ella a Bali. Lo que en principio era una escapada secreta, por culpa de una metedura de pata se convirtió en un viaje "organizado". Volamos el sábado por la mañana a Bali, muy prontito, a eso de las 6:30, con Lion Air. Kaycita estaba medio zombi en el avión, pero tuvimos la suerte de que el avión no iba lleno, por lo que de los tres asientos de nuestra fila sólo estábamos nosotros. Eso, unido al tamaño compacto de Kay :) permitió que se echase una buena siesta.

Lion Air no es tan mala como la pintan. Aunque está prohibido su vuelo a la Unión Europea (como la mayoría de las lineas aéreas de Indonesia), el avión no estaba mal y el servicio fue correcto. Sólo tuvimos un pequeño susto a la vuelta, ya que no anunciaban el vuelo en la pantalla de salidas del aeropuerto de Denpsasar, y eso hizo que durante un rato estuviesemos moviendonos por la terminal intentando encontrar alguna señal de que el vuelo existía.

Llegamos a Denpasar (aeropuerto de Bali) y tras casi una hora para pasar la frontera (hay que hacer "visa on arrival") nos encontramos con el conductor del hotel en el que nos íbamos a alojar: Maya Loka Villa. Kay no sabía dónde íbamos, per para llegar al hotel había que pasar por un camino de cabras. Por desgracia me perdí su cara cuando estábamos llegando a Maya Loka, pero una vez que nos dieron la habitación la cara cambió. El sitio era espectacular. Este primer día, tras echarnos una siesta rápida, nos fuimos a comer algo local, en Seminyak, y luego decidimos explorar la zona y bajamos a la playa. La puesta de sol nos pilló por la zona, por lo que también cenamos ahí. Como somos gente bastante aburrida, nos volvimos a casa tras un paseo por la playa y nos fuimos a dormir trempano.

El día siguiente aprovechamos para hacer el turisteo por la isla. Nos alquilamos un conductor local que nos llevó por los templos. Así visitamos Taman Ayun, un precioso templo con muy pocos turistas. De ahí nos fuimos al templo de Pura Bukit Sari, más conocido como el templo de los monos. Como podéis comprender, aquí lo de menos es el templo, que es bastante normalillo, y lo de más son los estupidos monos, que parece que te van a atacar a cada momento. No soy yo un gran amante de nuestro primos lejanos... Se hacía ya la hora de la comida, por lo que el taxista nos comento que lo mejor era ir hacia el templo de Tanah Lot, para comer algo y alargar la visita y ver la puesta de sol. El templo está chulo, es de construcción balinesa y se encuentra en un islote que con la marea alta se separa de la isla. Vimos una preciosa puesta de sol, y el mismo taxista nos llevó de vuelta al hotel. Para cenar nos metimos una deliciosa cena en La Lucciola, donde por primera vez pudimos admirar la iluminación del mar (¡sí, sí, iluminan el mar para que veas las olas!).

Y llegó el gran día. El lunes 27 de julio de 2009 Kay cumplía 21 años. Tal vez en la mayoría de los países del mundo este cumpleaños no sea nada especial, pero en los Estados Unidos se celebra con gran efusividad porque marca el inicio de la edad legal a partir de la cual se puede beber. Es curioso que la edad sea tan tardía, aunque me he estado informando y parece que otros países como Japón o Islandia tienen la misma legislación. Así que tras desayunar en el hotel nos fuimos hacia la playa. Ahí pudimos disfrutar de un magnífico día de playa. Comimos en un restaurante italiano que había probado en mi anterior visita a Bali, y playeamos hasta la puesta de sol. Entonces fuimos a celebrar oficialmente el cumple a Ku De Ta, un garito de cena playero en Seminyak. Para conmemorar la ocación los camareros vinieron a la mesa con un pastel y nos cantaron el cumpleaños feliz. Tras un par de copas legalmente consumidas nos volvimos al hotel. Ya estábamso preparados para ir a dormir, pero entraron todo el personal de hotel en la habitación con otro pastel. Jajaja, no podíamos comer más.

Pero como todas las cosas, las vacaciones no duraban para siempre, y el martes era el último día en Bali. Por la mañana, tras hacer el checkout del hotel, nos fuimos de compras. Kay se compró unos pendientes preciosos, y cuando hubimos andado lo suficiente para cansarnos, nos fuimos a la playa otra vez. Nos tumbamos, tomamos el sol, pillamos olas, y al final, ya en horario español, nos fuimos a disfrutar de nuestra última comida balinesa en el Breeze. La comida nos dejó bastante llenos, pero no hay viaje por la zona con Xevi que no incluya masaje, asi que nos dimos un masaje de una hora (bueno, la gordita se lo dio de una hora y media!). Tras todo esto volvimos al hotel, recogimos las maletas, y nos fuimos al aeropuerto para volver a Singapur.

Se acababan unas magníficas vacaciones. Creo que estos 4 días no se nos borraran nunca de la memoria :). Gracias Kay por hacerlos tan inolvidables.

Friday, August 7, 2009

Ku De Ta


Para el cumple de Kay decidimos ir a Ku De Ta, el bar/restaurante de moda de Seminyak, en Bali. Aprovechamos para estar ahí un rato antes de que anocheciese, para poder disfrutar de la puesta de sol. Como toda la planta baja estaba llena fuimos a la planta alta, donde tienen una especie de bar modernillo. Ahí nos tomamos un cocktail mientras veíamos la puesta sol: yo una ginebra con pepino y kay un cocktail con nata por encima. La puesta de sol es preciosa desde este sitio, y una vez que se hubo hecho de noche, bajamos al restaurante a cenar.

Ku De Ta tiene una buena atmósfera, aunque quizás yo no soy un gran amante de mucho ruido mientras como, y desde mi punto de vista el volumen del hilo musical era demasiado alto. El servicio como en todos estos sitios fue impecable y se portaron super bien cuando les dije que era el cumpleaños de Kay (le cantaron el cumpleaños feliz con una tarta preciosa).

Nos sirvieron una buenas aceitunas para abrir el apetito. Para comer empezamos con un carpaccio de ternera para mi (nada del otro mundo) y Kay tomó una ensalada de codorniz. El segundo plato para mi fue un pescado local con limón mientras que Kay se tomó un bacalao. Y de postre el pastel que con tanto cariño nos diseñaron para el cumple de la gordita. Para acabar nos tomamos una copa con vista al mar en una de las camas/mesa al lado de la orilla.

Me pareció un sitio con buena comida, con unos precios exageradamente elevados, con un ambiente demasiado comercial y orientado a las copsa y con demasiado ruido. Incluso la iluminación del mar me gustó mucho más en el Breeze o en La Lucciola.

Breeze


Quizás de los buenos restaurantes a los que fuimos en Bali Breeze era el menos exquisito. Pero no sé porqué, pero puedo decir que se convirtió en mi favorito. Llegamos tras una larga mañana bajo el sol de Bali (que pega fuerte), y como no en Bali, lo primero que nos sorprendió fue el buenísimo trato que recibimos. El sitio está sobre el mar, y el hecho de tomarte una cerveza aquí vale todas las rupias del mundo. No optamos por un menú complicado, pero es en las cosas simples que se ve la calidad de un restaurante. Mi primer plato fue una DELICIOSA ensalada cesar con pollo, mientras que Kay tomó un buen gazpacho. De segundo yo me incliné por un pescado local con arroz y chili, y ella fue menos aventurera y pidió el sandwich de manchego y prociuto. De postre una crema catalana con helados muy rica (y eso que no es mi plato favorito).

Una buenisima opción, con un servicio excepcional, una vista del mar inigualable y unos precios muy asequibles.

La Lucciola


Llegamos a La Lucciola gracias a la recomendación de Geraldine, de la Spanish Pantry, y fue un éxito. Si vas por la noche el taxi te deja en el aparcamiento, y para entrar al restaurante has de cruzar un puente iluminado por velas. Llegas a un local al aire libre techado, con dos niveles y con una atmosfera especial. Tienes el mar delante, con un camino cubierto por hierba y con unos focos que iluminan (!!) el mar para que veas el romper de las olas en plena noche. MAGNIFICO!!

Nos dieron la carta, y decidimos que compartiríamos una ensalada de entrada, y después cada uno tomaría un plato principal. Mi plato principal era un pargo y el de Kay era un salmón, y no sabeis la delicadeza con la que cocinan el pescado en Bali. Exquisito. Tras ello optamos por compartir el postre, que fueron tres bolas de helado: lichi, lima y mango (no estoy seguro de este. confirmamelo kay).

Un sitio precioso, con una vista espectacular, con un servicio muy atento y una vista del mar inigualable.

Maya Loka Villa


Este hotel fue el gran descubrimiento del viaje. No sé si alguna vez os ha pasado de ver las fotos, después llegar ahí, y daros cuenta que esas fotos las debieron hacer con la luz del solsticio de invierno mientras la alineación de Jupiter con Saturno creaba una atmósfera de prodigiosa belleza. Con Maya Loka Villa no fue necesario (fotos aquí).

El servicio del hotel fue magnífico. Nos fueron a recoger al hotel, y disponían de un servicio de taxi propio que te llevaba a los sitios y si era un breve recado te esperaba para volver a la villa. Así por lo menos te ahorrabas la mitad de los taxis. Los chicos de la recepción se portaron super bien, e incluso sabiendo que era el cumple de Kay, le trajeron un pastel y unos abanicos de regalo.

La villa se distribuía de la siguiente forma. Había una piscina privada en la entrada, con una sala de estar al aire libre, con una televisión de tropecientas pulgadas, un sofá super comodo y unos cuantos sillones. Una mesa con dos sillas que servía para las comidas, que se podían cocinar en los dos fuegos y en el hornillo eléctrico, acompañados de nevera y dispensador de agua. A continuación estaba la habitación, a la que se accedía por unas puertas corredoras. La cama tenía un dosel para proteger de los mosquitos y disponía de otra televisión, un escritorio, un par de mesas auxiliares... Es curioso como con tan poca cosa podía generar un espacio tan acogedor. De la habitación, por otra puerta, se accedía al cuarto de baño, al aire libre también (con techo pero abierto por los laterales), que tenía una bañera bien grande, una ducha con alcachofa gigante, un tocador y un retrete de tamaño descomunal.

Los desayunos te los preparaban en los propios fuegos de la habitación. El primer día optamos por el desayuno americano, con bollería, huevos al gusto (yo revueltos y kay escalfados) y fruta. Sin embargo los otros dos días optamos por el desayuno local, con arroz (Kay) o noodles (yo).

En definitiva, un sitio super romántico, con una gran atmósfera, una buena localización cerca de Seminyak y un personal muy atento y agradable.

Tuesday, July 14, 2009

Kuching y el Rainforest Festival

Este fin de semana, con un grupo de 10 personas, nos fuimos a la selva de Borneo a disfrutar de la parte oriental de Malasia. El plan era muy claro: festival de música y ver a los monos narigudos.

Llegamos puntuales a Kuching desde Singapur. Nos dirigimos al Tune Hotel, una nueva cadena de hoteles de la linea aérea AirAsia que ofrecen habitaciones a bajo coste. Íbamos recomendados por Xavi, que había estado en el Hilton de Kuching, que está al otro lado de la calle del Tune. En el hotel estaban esperándonos Lara, Alvar y Charlie, que habían ido un día antes. Esa noche nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, cenamos y bebimos algo, y a dormir!

Alguno había bebido más de lo debido la noche anterior, así que prontito sólo nos despertamos Lara y yo. Desayunamos en una cafetería a la orilla del río Kuching y salimos hacia el Rainforest Festival, un festival de música folklórica que se desarrolla en medio de la selva. Nuestra idea era ir, ver el ambiente y luego volver a por la gente. Pero nos dimos cuenta de que estaba demasiado lejos de Kuching para ir yendo y viniendo, así que nos quedamos allí. Entre montañas de selva, con un lago central y un escenario en un lado. Me alegro de habernos quedado, ya que lo mejor del festival fueron los workshops que tuvieron los artistas antes de los conciertos de la tarde. Así asistimos a uno buenisimo llamado Hit Makers donde escuchamos música de Transilvania, Polonia e Indonesia :). El segundo workshop se titulaba One-Sided Percussion, y juntaron percusionistas de diferentes paises (Marruecos, Cuba, Malasia e Indonesia) para acabar tocando todos juntos. Tal vez el último workshop al que asistimos, Hot Pickers, de guitarristas de diferentes partes del mundo, fue el peor.

Luego tuvimos un rato de descanso, y ya cuando se puso el sol empezaron los conciertos en el escenario grande. La noche anterior había llovido, y el suelo estaba todo embarrado, como un lodazal. Un verdadero asco yendo con chanclas. Pero pronto nos acostumbramos, y empezamos a ver pasar grupos de más o menos calidad. El que más me gustó fue Oudaden, de Marruecos, que con sus ritmos bereberes contagiaron a todos de alegría. Asika estuvo chulo con la mezcla de pop y música tradicional malaya, así como Moana and The Tribe, que junta una gran voz femenina con ritmos maoríes. Sin embargo tanto Lan-è Tuyang (Malasia) como Jouhiorkesteri (Finlandia) me parecieron criminales.

Nos fuimos a la cama pasada la medianoche, pero sabíamos que el domingo nos esperaba un día largo. Fuimos a ver el Parque Nacional de Bako. Es uno de los parques nacionales más pequeños de Malasia, pero tiene una riquisima fauna y flora. Llegamos en barco, y tras casi perder la vida contra un palo en medio del mar (el conductor del barco dijo: ups, que no lo había visto!) empezamos a andar. Primero fuimos a la playa de Paku, donde nos dijeron que tal vez viesemos a los monos narigudos. Pateo de 30 minutos y no había monos ni nada. Vaya cabreo que llevaba yo. Así que como teniamos unas cuantas horas antes de volver a coger el barco me alié con Iñaki para salir a andar hacia otra playa. Nos recomendaron la playa de Kecil, y me alegro de haber ido, porque es tal vez una de las playas más bonitas que he visto nunca. Unos acantilados sobre una playade arena fina, con un mar cristalino y otras islas de fondo. GRANDE. Así que decidimos volver hacia el barco, y al llegar a la zona de información del parque vimos a mucha gente mirando a los árboles. Joder, que había monos narigudos ahí!!! Qué ilusión que me hizo :). Ya había completado el viaje.

Así que tras eso volvimos a Kuching, donde el primer grupo se volvía a Singapur. El segundo grupo nos quedábamos más tiempo porque volábamos a Johor Bahru. Aprovechamos la tarde para ver Kuching y yo me di mi primera masaje de reflexiologia. Me crujieron los pies y no me gustó demasiado. Por lo menos puedo decir que lo he probado no? Luego vuelta a Johor Bahru y taxi desde Malasia a Singapur.

Friday, July 10, 2009

Kuching


Este fin de semana nos vamos a Kuching, a disfrutar del Festival de la Selva 2009 y de los monos narigudos. Y se llaman monos narigudos porque si os pongo el nombre científico (Nasalis larvatus) nadie sabría a lo que me refiero. Hasta que llegué a Singapur no los había visto, y la verdad es que son una criatura intrigante.

Pues aunque no soy un gran fan de Malasia, les voy a dar una nueva oportunidad. Los últimos viajes allí (Malacca y Tioman) han sido muy buenos, así que esperemos que continuemos con la buena racha.

Wednesday, July 1, 2009

Tioman


Mi último viaje, esta semana pasada, fue a Pulau Tioman. Esta isla, en la costa oriental de la Malasia peninsular, es conocida por sus ricos fondos marinos y por sus espectaculares playas. Y era por los fondos marinos por lo que me aventureré hacia allá.

Hacia tiempo que había pagado parte de mi cursillo de aprendizaje de buceo. Sin embargo, por unas cuestiones u otras (monzones, compañeros que se tiran para atrás, falta de amigos...) lo había ido postergando. Sin embargo, me dije: Xevi, esto lo tienes que hacer antes de volverte a Madrid. Así que el lunes fue a la agencia y les comenté que quería sacarme el título. Me dijeron que ese mismo viernes se iban hacia Tioman con un grupo de 3 chicas, y que si quería me podía apuntar :). Me pareció una idea magnífica. Esa misma tarde tuvimos la primera clase, luego el martes otra clase (a la que no pude ir, pero me quedé en casa haciendo los deberes) y el miércoles la sesión de piscina, donde a poca profundidad practicamos las técnicas que deberíamos perfeccionar una vez en Tioman:

-Inspección de seguridad al compañero de buceo.
-Respirar bajo el agua con la ayuda del regulador (importante!).
-Perder el regular y volver a recuperarlo.
-Llenar la máscara parcial y completamente de agua y limpiarla bajo el agua.
-Quitarse la máscara bajo el agua, volver a ponersela y expulsar el agua (esto es lo que más me costó).
-Respirar sin la máscara.
-Respirar a través del regulador secundario del compañero de buceo.
-Quitarte el cinturon de lastre bajo el agua.
-Quitarte el chaleco hidrostático bajo el agua.
-Realizar un ascenso de emergencia en caso de falta de aire.

Ahí tuve el primer contacto con lo que es estar debajo del agua durante 10 minutos. El aire que sale de la botella de aire comprimido es super seco, por lo que la garganta se empieza a resentir. Tienes ganas de escupir, pero no tienes nada que escupir. Es un poco desagradable. Además, pude practicar algo de aleteo con Silvia, la que sería mi compi en Tioman.

Hacia Tiomán salimos el viernes a las 7 de la tarde. Nos esperaba un autobús que nos dejaría en Mersing, y allí cogeríamos el barco hasta Tiomán. La aventura del barco fue buenísima, y navegamos bajo un cielo lleno de estrellas y un mar calmado durante 3 horas. Chris, el instructor, nos condujo a la parte superior del barco, donde nos quedamos dormidos de camino a la isla. Al llegar a Tioman (las 3 de la noche) nos asignaron las habitaciones, yo me metí a dormir con 2 franceses raros, y nos dijeron que a las 8 todos en pie desayunando.

El desayuno no fue nada especial, pero si muy nutritivo: arroz, noodles, pollo y sopa. ¡Qué más queremos! Antes de subir al mismo barco en el que vinimos (y que nos sirvió para movernos y volver el domindo a Mersing) nos probamos el material y lo llevamos a la embarcación. Una vez a bordo, vimos que los mismos que habíamos venido en el autobús y el barco desde Mersing estaban otra vez allí. Debíamos ser un grupo de 20 personas. Encajamos todos los tubos, probamos todas las conexiones y nos relajamos hasta que llegamos al primer destino. Nos pusimos todos los aparatos y por primera vez entramos en el agua con la técnica del Paso de gigante. Como muy bien el lector hábil habrá interpretado, esta técnica consiste en dar un paso grandote hacia el agua desde la plataforma del barco :). La primera inmersión me costó bastante. Estaba súper nervioso y me molestaba todo. Que si tenía que desinflar el chaleco, igualar la presión de los oídos y nariz, fijarme en mi compañera de buceo, mirar al instructor y bajar... Empecé con 4 lastres de un kilo, aunque el segundo día bajé a 3. En este primer descenso sólo practicamos las técnicas de buceo. Todos bien menos uno de los chicos que no consiguió hacer lo de quitarse y volverse a poner la máscara bajo el agua.

Subimos a la superficie, nos montamos en el barco, y nos llevaron al segundo destino de buceo. Fue más tranquilo este descenso (aún me costó) pero aquí lo que practicamos fue la flotabilidad bajo el agua (que se controla con el aire que tienes en el cuerpo, las pesas y el chaleco) y el nadar con aletas. Vimos unos corales preciosos y unos "nemos" (pez payaso) super chulos. De este segundo descenso nos volvimos al "resort" (hostal de playa), comimos y por la tarde teníamos el examen escrito. Las chicas se pusieron a estudiar, pero a mi me dio pereza y me eché una siesta. Si es que no hay nada como estudiar durmiendo. Y me funcionó, porque saqué la nota más alta: 46/50. Creo que también ayudó el ir con una camiseta de Harvard... Pasamos el resto del día por la playa, hasta que llegó la noche. Entonces disfrutamos de una deliciosa barbacoa de pescado y carne bajo las estrellas. El calamar (sotong en malayo) estaba exquisito. Cansados de todo el día nos fuimos a dormir pronto; más aún cuando nos teníamos que levantar el día siguiente a las 6:45.

El domingo desayunamos más de lo mismo (noodles y arroz) y otra vez al barco. En el primer descenso del día íbamos a ver 3 barcos hundidos!! Practicamos el ascenso de emergencia y tras ello vimos lo que queda de los cascos de madera de antiguas embarcaciones malayas. Siempre he considerado que tengo un fabuloso sentido de la orientación, pero bajo el agua aún tengo que adaptarme. Creí que habíamos dado vueltas sobre nosotros mismos, pero emergimos en la otra punta de la playa. El segundo descenso fue en un islote próximo a la costa, donde el coral rodeaba toda la roca. Me sentí mucho más agusto este segundo día. Con menos peso descendí mucho mejor. Creo que pillé bien la postura de buceo, e hice un buen trabajo como compañero ya que Silvia estaba un poco perdida. Muy china ella.

Al volver al resort, nos dimos una ducha, comimos, preparamos las bolsas y de vuelta a Singapur, de la misma forma que habíamos venido, pero con más amigos y un título de buceo bajo el brazo :)

Mas fotos en Facebook (pinchar en el enlace. No hace falta estar registrado)

Monday, June 8, 2009

I LOVE JAKARTA

Gran fin de semana que he pasado en Yakarta. Este destino está lleno de estigmas: que si la ciudad es peligrosa, que si las ratas son del tamaño de mi perro, que si es sucio e inhabitable... Pues todos estos prejuicios se me pasaron tras el fin de semana en casa de Óscar, nuestro informático de la Oficina Comercial de Yakarta.

Llegué con algo de retraso el viernes por la noche, ya que el avión de Air Asia que me llevaba desde Singapur tuvo cambios en la tripulación de cabina. Al llegar a Indonesia hice el visado en el aeropuerto (visa on arrival = 10USD), y de ahí al taxi hacia casa de Óscar. Me estaba esperando para salir a tomar algo. Los españoles no se animaron, así que nos fuimos él y yo al Blues Bar (más conocido como BBs). Allí pude admirar al mejor grupo de rock en directo que he visto desde que llegué a la zona. Un conjunto de bateria, guitarra y bajo que interpretaron clásicos del rock con un toque muy personal. Después de eso, y aún en el BBs, esperamos un rato al concierto de reggae. La cosa estaba decayendo un poco, por lo que nos fuimos al famoso Red Square.

El Red Square es un bar de copas muy frecuentado por la élite local. La entrada cuesta 90.000 rupias, incluye una copa, y merece la pena. Todas las mesas del local se covierten en tarimas, y la gente empieza a subirse a ellas y bailar al ritmo de unos buenísimos temazos dance. El sábado el local se anima aún más con espectáculos de fuego y con exhibiciones de los barmans.

El Red Square y toda la semana que llevábamos trabajando pasaron factura, por lo que a la hora que cerró (las 4?) nos fuimos a casa. Óscar vive en un céntrico edificio de apartamentos, y vive solo en un piso que tiene un salón, una cocina, un dormitorio, un baño y un cuarto de los desastres. Mucho calor (no sé cómo puede vivir ahí jajaj), pero súper bien situado y con una piscina de impresión.

El sábado nos levantamos bien pronto y nos fuimos a ver lo poco que tiene Yakarta para ver. Salimos en la moto hacia la Embajada de España, donde aparcamos el vehículo. La moto es el medio de transporte más rápido en esta cahótica ciudad. De la Embajada nos fuimos andando al Monas, el monumentos nacional de la independencia. Un gran minarete en el medio de la ciudad. El calor empezó a pasarnos factura, por lo que decidimos meternos en unos centros comerciales, al más puro estilo Asia. Por lo que comenta Óscar, Yakarta es una ciudad donde los fines de semana intentas matar el tiempo hasta que llega la noche, por lo que como nunca había estado en un spa y me hacía ilusión, nos fuimos a uno. Llegamos y probamos el jacuzzi frío (metí el pie y lo saqué), el caliente (vaya bajada de tensión), la piscina, la sala de vapor, la sauna... Y el plato estrella era el masaje tailandés de 1 hora y media. Un sitio de mucho lujo, con un personal educadísimo y por un buenísimo precio.

Medio muertos nos dejó el spa. Pero nos animamos y fuimos a buscar a Eliseo para salir a cenar. Nos fuimos a la otra punta de la ciudad a un pub inglés donde habíamos quedado también con Ramón, un español interesantísimo que estaba currando para Ericson. Me tomé un fish and chips bastante flojo (la hamburguesa de Óscar estaba riquisima) y para "cambiar" volvimos al Red Square. Más de lo mismo, aunque esta vez con fuego. Y como no podía irme de Yakarta sin ver el mítico Stadium, pues nos pillamos un taxi para allá. Tras darnos la vuelta de la vida llegamos a este local, frecuentado por gente que consume drogas y que quiere sexo por dinero. No hicimos ni lo uno ni lo otro :). Nos volvimos a casa cuando ya era de día...

El domingo amanecimos con el despertador (nada más nos hubiese levantado), y nos fuimos a dar una vuelta por el barrio de Óscar. Un centro comercial, comida y última vuelta en la moto hasta la estación de autobuses, donde pillé el que iba al aeropuerto. Un gran fin de semana en un buen destino.

Friday, June 5, 2009

Fin de semana en Yakarta


Casi se me olvida, pero este fin de semana me voy a Yakarta. Es un destino muy cercano en el que aún no he estado y donde está el gran Óscar haciendo de las suyas. Ya os contaré como me recupero de mi estómago maltratado en Camboya.

¡Buen fin de semana a todos!

Thursday, June 4, 2009

Impresiones de Camboya

Si algo me ha impresionado de Siem Reap han sido los templos y los precios. Aunque desde el exterior se conocen como los templos de Angkor Wat, este nombre únicamente se refiere a uno de ellos. Pero es que el conjunto de templos se extiende por una inmensa superficie. Los hay de todo tipo: redondos, cuadrados, deborados por los árboles, rodeados por arrozales, con pinturas, con esculturas de caras. Una verdadera maravilla del mundo. Siempre me daba envidia Alán cuando hablaba de ellos...

Y como decía, los precios bien altos también, al nivel de los templos. Es el problema de moverse con dólares americanos, que todo está dolarizado. Los precios de casi todo bien podrían ser los precios de Madrid (por suerte los mangos y los masajes tienen un precio más bajo). Los locales, en cambio, funcionan con la moneda local. Una vez más caemos en la mala costumbre de maltratar al turista en el Sudeste Asiático. Una especie de España de los años 70.

No quisiera cerrar estas impresiones sin hablar de los Jemeres, la gente de Camboya. Desgraciadamente este nombre está ligado a la tenebrosa memoria del régimen dirigido por Pol Pot durante los 70 y que dejó tantos muertos en este bello país. A raíz de este viaje ha estado leyendo cosas sobre el régimen, y además de las ejecuciones masivas esclavizaron a miles de personas, prohibieron el dinero y decidieron que el tiempo empezaba a contar desde que ellos llegaron al poder. Unos absolutos dictadores. La guerra contra los estadounidenses y parte de Vietnam (que llevó al poder a estos dictadores) dejó en Camboya una de las peores lacras: las minas antipersona. El país fue minado de forma indiscriminada por la aviación estadounidense, y eso se ve en la vida diaria de Camboya. Hay muchísimos mutilados, que hacen cualquier cosa por que les des un simple dólar. Verdaderamente demoledor.

Siem Reap y los templos alrededor de Angkor bien merecen un viaje. Me siento más feliz ahora que lo conozco.

Camboya


¡Vaya preciosidad que es Siem Reap! El viaje empezó algo más movido de la cuenta. El miércoles por la noche, la noche antes de volar a Camboya, decidimos hacer una noche de karaoke. Por desgracia bebí más de lo recomendable, por lo que me pasé gran parte del karaoke en los brazos de morfeo. Así que, tras volver a casa y dormir 45 minutos, nos fuimos al aeropuerto. Aquí debo agradecer a Teresa que me despertase para ir al aeropuerto, ya que creo que yo oí la alarma, la apague, y seguí durmiendo. En Changi nos encontramos a unos compañeros del ICEX de la Oficina de Hong Kong que iban a hacer el mismo viaje que nosotros.

Tras una buena siesta en el avión llegamos a Camboya. Lo primero que hay que hacer al bajar del avión es pagar 20 dólares estadounidenses (USD), lo cual te pone en la onda del país: todo precioso, pero todo carísimo y en USD. Llegamos a Golden Banana, el hostal en que nos acomodábamos en Siem Reap. Era un sitio muy mono, con un personal muy atento y lo que le hizo gracia a todo el mundo: gay-friendly (con mentalidad abierta hacia gente homosexual). Nada más llegar nos ofrecieron un reconfortante té helado, y tras la ducha de rigor y el desayuno nos planteamos qué hacer el primer día. Teníamos decidido pasar los dos días siguientes en los templos, por lo que el primer día queríamos hacer algo diferente. Así que nos pillamos un tuk-tuk (moto con un remolque atras para dos personas) que nos llevó al lago Tonlé Sap. Este lago es el más grande del Sudeste Asiático, y en el pudimos ver pueblos enteros flotando en medio del lago, con sus escuelas, tiendas, pista de baloncesto. Una preciosidad, aunque nos dijeron que es más impresionante en la época húmeda. Por la tarde volvimos a Siem Reap, conocimos la ciudad, nos relajamos, cenamos algo y nos fuimos a dormir.

El viernes al mediodia llegaba Tati, nuestra compañera de piso. Así que lo que decidimos fue ir bien pronto a los templos más lejanos. Vimos los templos de Banteay Srey y Banteay Kdei (este nos sorprendió porque durante un rato estuvimos solos en él!). Luego volvimos a comer, y tras unas delicias locales, ahí estaba Tati esperando para salir a ver más templos. Por la tarde vimos 5 templos más, a cual más impresionante. Llegamos a To Som para ver la puesta de sol, y allí nos encontramos con Lorna and Rich, amigos de Tati que andan por el Sudeste Asiático de viaje. Resulta que habíamos coincidido en una fiesta hace casi dos meses en Singapur y no nos acordábamos. Vaya memoria. Para cenar nos fuimos a un foodcourt local (si, muy fuerte!!! creo que estoy enfermo de eso jaja), y como había sido un día bien duro me fui a dormir prontito.

El sábado Teresa y yo decidimos alquilar unas bicicletas para visitar los templos. ¡Cómo me gustan las bicicletas! Eso pensé hasta que tuve que volver, con 40º por las largas rectas hacia Siem Reap. Pero no nos adelantemos, que aún no hemos llegado ahí. Nuestra idea era salir del hotel a las 5 de la mañana para ver el amanecer en Angkor Wat. Y lo conseguimos :). Una preciosidad. De ahí nos fuimos en bici hacia Bayon. Fue por aquí que me empecé a encontrar mal. Creo que hacía mucho calor y no bebí suficiente agua, por lo que me empecé a flojear. Conseguí ver un par de templos más con Teresa, pero me encontraba mal y volví a Siem Reap. Ella visitó 2 templos más que yo me perdí, pero a cambio me di un buen masaje, comprobé lo "bien" que funciona internet en Camboya (pasé por 3 cibercafés) y me di una buena comilona de comida jemer. Por la noche tuvimos otra cena todos juntos y a dormir. Así que el domingo, otra vez prontito despiertos, y hacia el aeropuerto. Una pena, porque se acababa uno de los mejores viajes de mi vida :(

Wednesday, May 27, 2009

Siem Reap


Mañana me voy a Camboya. Es una de las perlas del sudeste asiático, y me voy a visitar Siem Reap, donde está el famoso Angkor Wat. Este templo, construido en el siglo XII por el rey Suryavarman II, es un ejemplo de la mejor arquitectura asiática sobre piedra. Hasta ahora hemos visto muchos templos de madera, pero de piedra, hasta que estuve hace un par de semana en Bali, no había visto ninguno. Seguro que será un viaje inolvidable. De momento me voy con Teresa, y aún estamos pendientes de ver si Tati también se apunta. Como dice Faz le estoy cogiendo el gusto a viajar con dos chicas a la vez :P.

Sunday, May 24, 2009

Malacca


Ayer hicimos lo que muchos me decían era una locura: ir a Malacca a pasar el día. Pasar el día quiere decir ir y volver en el día. Y visto lo visto, si tienes coche, es la mejor opción. Quedamos bien pronto con Faz en el Keppel Club, un exclusivo club de golf donde su padre juega cada sábado. De allí salimos en su coche con Anna como copiloto. El viaje fue muy agradable, pasamos rápido a Malasia por Tuas, y desayunamos unas deliciosas empanadillas de patata y sardinas ya en Malasia. El amigo Faz se había currado un CD de música para el viaje, y nos pasamos el trayecto cantando.

Llegamos a Malacca, la antigua colonia portuguesa, holandesa e inglesa, y nos dirigimos hacia el barrio chino. ¡Cómo si no hubiésemos visto suficientes chinos en Singapur! La zona es muy tranquila, y está llena de tiendecillas con mil millones de chorradas a buen precio. Cuando nos entró el hambre entramos en un restaurante de la zona y nos tomamos una deliciosa laksa. Según nos contó Faz, la laksa malaya es mejor que la singapurense, sobre todo porque es menos grasienta y porque se sustituye la leche de coco por algo de una palmera (me enteré a medias). Después de la comilona anduvimos hacia el fuerte, donde nos hicimos miles de fotos.

Faz había quedado con unos amigos singapurenses que iban a pasar el fin de semana allí, por lo que nos encontramos al lado de un antiguo barco español que se exhibe al lado del río. Con ellos recorrimos un par de iglesias locales (entre las que estaba la de San Francisco Javier) y volvimos al sitio donde habíamos comido para tomarnos la merienda. Yo opté por el zumo de zanahoria, limón y manzana (se les fue la mano con el limón!), pero los locales prefirieron tomarse uno de esos postres con hielo y mierdas chinas.

Para acabar el día nos fuimos al hotel donde se quedaban los amigos. ¡Qué maravilla de sitio! Una antigua casa colonial, reformada, y con suites que eran duplex. Nos relajamos un poco y salimos a cenar. Nos metimos una buena comida malaya, con mucho arroz, pollo y gambas. Tras la cena, después de un día andando de arriba a abajo, y con un calor de mil demonios, nos metimos en el coche de vuelta a casa. Buena escapada, perfectamente realizable en un día

Fotos en Facebook.

Monday, May 18, 2009

BALI


Vaya fin de semana de descanso... Esto no es sano. Quiero decir, que no es sano ir a Bali el fin de semana y tener que volver al cabo de dos días para ir a la ofi el lunes. Llegamos el viernes por la noche al aeropuerto de Denpasar, en el sur de la isla. En el vuelo me encontré a Thibaud que iba a Bali a encontrarse con sus padres, y la verdad es que me sorprendió gratamente JetStar. Era la primera vez que usaba esta línea aérea. y el espacio para las piernas me pareció el mejor de todas las líneas de bajo coste que he usado en el Sudeste Asiático (por lo menos la configuración de este A320 lo era).

Al llegar a Bali pillamos un taxista para que nos llevase al norte de la isla, a Lovina, donde estábamos alojados. El viaje fue a lo Michael Schumacher, y el taxista incluso se enfadó porque no le compramos cerveza para él para el camino... Llegamos al resort en el que nos alojábamos, el Aditya Beach Resort, y lo primero que nos sorprendió fue el silencio. Ni un maldito ruido en todo el hotel. ¡Que gozada! Y antes de dormir, oimos las olas desde el balcón de nuestros cuartos. Al final Teresa y Ana se quedaron una habitación y yo la otra.

El sábado nos despertamos prontito, y fuimos a deborar el desayuno. Bastante flojillo. Pero tras tomarnos unas tortillas, tostadas y fruta, fuimos a la recepción a preguntar qué podíamos hacer durante el día. Sabíamos que teníamos piscina, comida y bebida en el hotel... pero estaría bien hacer algo más, ¿no? Pues en 15 minutos teníamos un catamarán que nos vino a buscar a la playa del hotel y nos llevó a una zona a unos 200 metros de la costa. ¡Qué maravilla de fondo marino! En serio, me da muchísima pena no tener fotos de lo que vimos ahí debajo. Peces pequeños, peces grandes, estrellas de mar... GRANDÍSIMO! Volvimos al hotel y todo lo que quedó del día fue descansar, tomar el sol, comer en la piscina y seguir leyendo el libro del fin de semana, The Catcher in the Rye (El guardián entre el centeno).

Por la noche salimos a andar hacia el pueblo, Lovina. Es una calle grande (carretera de la playa) con un par de calles perpendiculares que salen hacia la playa y donde están los restaurantes y hoteles. Todo muy muy tranquilo. Deciros que cenamos, y nos pillamos unas cervecillas para pasar la noche en la playa, bajo la luna (bueno, no había luna, pero si mogollón de estrellas) y escuchando a uno de los peores cantantes del hemisferio sur y de parte del hemisfero norte.

El domingo decidimos que lo mejor sería bajar tranquilamente hacia Denpasar, parando en diferentes sitios. Así pasamos por montón de templos, nos engañaron en un par de ellos, y vimos un lago grandísimo dentro de un volcán extinto. Todo ello con el conductor más maleducado del mundo (ganaba al peor cantante jaja). Hicimos una parada más larga en Ubud, donde comimos, nos dimos un buenísimo masaje, merendamos, nos dimos un paseo y salimos hacia Denpasar. Antes de decidir ir a Lovina a dormir pensamos quedarnos en Seminyak, así que ayer, para ver lo que nos habíamos perdido, decidimos cenar ahí. ¡Vaya playa que tiene ese pueblecito! Es verdad que hay mucha más gente, pero el movimiento que vimos ahí nos alegró la tarde, y la pizza que nos tomamos nos alegró el estómago. De ahí al aeropuerto, nos reencontramos con Nuno y Rui que habían pasado el finde en Kuta, y de vuelta a Singapur.

Fotos en Facebook (podéis verlas incluso los que no estáis en Facebook).

Friday, May 15, 2009

¡Bali!


Esta tarde, con mis compañeros lusos y Anna nos vamos a pasar un fin de semana a Bali. Ya os contaré a la vuelta.

Monday, May 4, 2009

Viaje a Birmania


Hemos pasado un fabuloso fin de semana en Birmania. Os dejo las notas escritas del viaje. A ver si las paso a formato electrónico (¡qué pereza!). Un beso a todos




Wednesday, April 29, 2009

Mañana me voy a Myanmar


Mañana salimos para Myanmar. Aún no tenemos los visados (ni los pasaportes), pero parece que Denise irá esta tarde a por ellos a la embajada que está cerca de su trabajo. ¡Vaya quebraderos de cabeza que nos ha dado este viaje! Yo con poner los pies en la antigua Birmania me doy por satisfecho :D. Pues aprovechamos que el viernes es festivo (Día del Trabajo) para hacer una escapada de 4 días (del jueves por la mañana al domingo por la noche) a la capital, Yangon. Voy sin nada preparado, así que tocará esta tarde ponerse al día de los templos, idiomas y costumbres locales. Estoy contento del viaje, porque si tengo que hablar del trabajo...

Thursday, April 16, 2009

Reacciones Bombay


Bombay me sorprendió desde que baje del avión. Bueno, tal vez me sorprendió desde que monté en el avión, porque vaya diferencia entre Air India Express y Jet Airways. Bombay es una ciudad mucho más moderna, cosmopolita y vibrante culturalmente que Delhi, Calcuta o Agra. Si alguien va buscando la India descarnada, de animales muertos en la calle y de miseria en todos lados, que no vaya a Bombay. Con esto no estoy diciendo que no haya miseria en Bombay, que la hay y mucha, pero lo que quiero decir es que también tiene el otro lado de la moneda, algo que no vi en mi anterior viaje a la tierra de Mahatma Gandhi.

Bombay tiene clubes nocturnos, bares de moda, restaurantes occidentales y buenos coches. Se ve una clase social alta, que no es la mayoría pero que se deja ver. Se ven buenos hoteles (tal vez algunos de los más lujosos del mundo) y el centro de la ciudad disfruta de un urbanismo de calles mucho más limpias que lo que había visto y con una jardinería cuidada. No es un paradigma de limpieza, pero en este aspecto no dista tanto de otras ciudades consideradas mucho más avanzadas, como Kuala Lumpur. Tal vez no nos sentimos tan guiris como la otra vez que fui porque ni kay ni yo parecemos los típicos guiris, en gran medida por su pasado filipino que podría pasar por indio del norte y yo por el moreno de mi piel. Y eso de que la gente no se haga tantas fotos contigo hace que uno sienta que pasa mucho más inadvertido. Si es que ir a la India con Ana y Jorge fue como entrar con un elefante en una cacharrería.

Así que si querías encontrar un sitio en la India donde pasar unos días tranquilos, con una bella bahía, con las bellas ruinas de isla Elephanta a una hora y con un ambiente más occidental, Bombay es vuestro destino. Y qué decir si lo que buscais es un sitio en la India donde vivir.