Wednesday, October 29, 2008

Ascensión al Mount Kinabalu

El sábado por la mañana al llegar a Kota Kinabalu fuimos en taxi desde el aeropuerto a Manakan Field, de donde salen los taxis al Parque Natural de Kinabalu. Allí, tras degustar el primer plato de noodles para desayunar, regateamos con el dueño de una furgonetilla para que nos subiese al Parque. Al final por 15 ringgits por cabeza (3 euros) nos metimos en una furgoneta los 7 españoles (Alfredo, Charlie, Maria, Lara, Ana y Miriam) y 4 franceses. Como sardinas que íbamos.

El viaje hasta el Parque fue largo y penoso. 2 horas para recorrerr 85 kilómetros en una furgoneta sin aire acondicionado y por las carreteras malayas. Y al llegar al parque comprobamos lo que nos ha perseguido todo el viaje: Malasia no sabe cuidar su turismo. Esto lo digo en el sentido de que todos los precios para entrar a parques y conseguir servicios están en precios para locales y en precios para extranjeros. Así entrar en una isla cuesta 3 ringgits para los locales y 10 para los extranjeros. Inaceptable.

Llegamos a los Head Quarters del parque, y tras pagar el impuesto revolucionario malayo nos indicaron nuestro alojamiento en la base de la montaña para esa noche. Nos enviaron a Grace Hostel, un hostal en el que nos distribuimos en dos habitaciones: todos en una habitación y Xevi en otra :P. Por suerte me tocó con una amabilisima pareja de franceses de Singapur que también subían la montaña al día siguiente. Y como estábamos en la base de la montaña, lloviendo muchísimo y sin nada que hacer, nos fuimos al chalet central del parque a comer y nos pasamos toda la tarde hasta la hora de cenar.

El domingo empezamos la ascensión hacia Laban Rata (vaya nombre), donde estaba el campamento base para hacer noche antes de subir a la cima. Teníamos que subir desde los 1866 metros de la Timpohon Gate hasta los 3272 de Laban Rata, con un recorrido de 6 kilómetros. Parecía fácil hasta que empezamos. El camino era muy pedregoso, y lleno de "escaleras" que rompían el ritmo y los músculos. Desde el primer momento vimos que la ruta estaba en perfecto estado, muy bien mantenida y con refugios cada 800 metros (refugios techados con cuarto de baño y "agua no potable para los extranjeros"!). Así creamos dos grupos de subida: por un lado María, Alfredo, Charlie y yo, y por otro Lara, Ana y Miriam. Las chicas de este segundo grupo se quedaron con los guías que nos asignó el parque, y subieron a un paso más calmado que nosotros.

Así que tras 4 horas de subida llegamos a Laban Rata, donde nos esperaba lo mejor del día: ducha caliente con cambio de ropa. En la subida chispeaba constantemente, pero era el sudor lo que nos hizo llegar calados a Laban Rata. Al cabo de una hora llegó el grupo de las chicas, y con ellas los guíasm que nos dijeron que nos preparásemos para el día siguiente, cuando saldríamos a las 3 de la noche hacía la cima. Una vez más pasamos la tarde en la cafetería de Laban Rata jugando a las cartas y comiendo, para irnos a dormir a las 6:30 de la tarde!!! Estábamos destrozados.

Así que el "fatídico" día llegó. A las 3, todos despiertos, y con noticias poco alentadoras: ni Miriam ni Ana ni Lara se encontraban bien para subir. No habían podido dormir bien por encima de 3000 metros y el cansancio del día antes había dejado mella en su cuerpo. Así que partimos hacía la cumbre los macohs españoles y María, que resultó ser mas "macha" que muchos de nosotros. Hacia la cumbre el camino parecía la Gran Vía en Navidad, mucha gente y cada uno con su linterna. Por suerte, tras 30 minutos de procesión conseguimos deshacernos de un buen puñado de chinos, y empezamos la subida de verdad. Por delante iban María y Alfredo, y por detrás nos quedamos con los guías Charlie y yo. La noche, la oscuridad, la pared escarpada de la montaña creaban una atmosfera terrorífica. Y ya cuando creíamos que eso no iba a acabar, y llegando casi gateando, nos encontramos con la cima!!! gritamos, nos abrazmos, y empezamos a morirnos de frío :p. estábamos en el punto más alto del sudeste asiático, lo habíamos conseguido. era un reto que no había podido con nosotros. desgraciadamente, el día amaneció nublado, por lo que no vimos salir el sol ni las Filipinas a lo lejos, por lo que nos quedamos sin el gran premio a la subida.

Y ya sólo quedaba bajar desde los 4095 metros hasta los 1866 metros de la entrada en el mismo día. Volvimos a Laban Rata y desayunamos. Paramos una horita y de nuevo bajar hasta Timpohon Gate. A mitad de bajada nos empezó a llover y Alfredo y yo decidimos que lo mejor era bajar corriendo. Vaya carrera que nos metimos. Así que sanos y salvos, una vez abajo, todo eran risas y felicitaciones. Comimos, Maria regateo un buen precio para bajar a Kota Kinabalu, y ya sólo quedaban los recuerdos de la montaña. Todo un reto subir 4000 metros, y lo había logrado. Nadie nos puede quitar eso.

3 comments:

Anonymous said...

Te pinta brutal! Enhorabona Willy Fog

Rigodón!

Euqirneto said...

Qué chulada, oye. No se lo cuentes a Fernando que se muere de envidia en Oslo, je, je.

AndRES said...

Ostia tio que pasada!! Ni al filo de lo imposible lo hubiese narrado mejor! Me ganas por 300m de altura...