Del viaje a la India, si me llevo algo de lo que he visto, junto con la gente de la India, es la visita a Agra. Esta ciudad, a 200 kilómetros de Delhi, fue la capital de los emperadores mogoles durante el siglo XVI y XVII. Y uno de estos emperadores, Sha Jahan, construyó un edificio de belleza extrema por amor: el Taj Mahal.
Sha Jahan estaba casado con Mumtaz Mahal, princesa persa de magnífica belleza, candor y bondad. Al dar a luz a su 14º hijo tuvo complicaciones en el parto, lo que hizo que muriese dejando al país en luto durante dos años. Así su marido se encomendó a construir el edificio más bonito del mundo para su mujer fallecida. La construcción se inició en 1623 y se acabó en 1653 con el trabajo de miles de artesanos y albañiles. Para el mausoleo se utilizó mármol blanco del Rajastán y piedras semipreciosas.
Así que nosotros, tras 5 horas de furgoneta por las "autopistas" indias llegamos a Agra. Allí nos esperaba nuestro guía, que más que enseñarnos el Taj nos enseñó cómo molaba él ("si es que yo tengo ofertas de Bollywood, pero lo que me gusta es enseñar el Taj a los turistas" dijo él). Pero la visión de esa mole blanca es única en el mundo. Como ya dije, merece la pena venir hasta la India sólo por ver este monumento. Es único y bello.
Friday, January 30, 2009
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