Sabes que estás en Singapur... (I)

Hay cosas que hacen que sepas que estás en Singapur y que te estás convirtiendo en uno de ellos. Entre ellas:

- Subes a un ascensor y le das muchas veces y muy rápido al botón de cerrar las puertas. Esto no es incompatible con las personas que quieren subir al ascensor, que deberán entrar con las puertas cerrándose y que hará que el presionador del botón se disguste porque llegará 1,5 segundos más tarde al trabajo.

- Llegas a una discoteca y no hay pista de baile. Todo lo que hay es un podium donde actua la banda, tal vez unas muchachas ligeras de ropa y con dones de bailarina y muchas mesas donde beber a muerte y ver un espectáculo. Sí, un espectáculo en una discoteca. Y creyendo que el espectáculo lo tendría que dar yo...

- Todo funciona normal y la gente se comporta hasta que rompes la rutina. "No, por ahí no... que no sabemos cual es el protocolo a seguir si un turista va por ese pasillo". Protocolos de actuación, les encantan.

- Vas andando por la mañana al trabajo y ves una riada de mujeres yendo a trabajar (me sorprende que la mujer está mucho más integrada en el mundo laboral que en España), con tacones de impresión, falda negra, camisa y un periódico en la cabeza para no ponerse morenas. Sobre todo eso, lo del periódico, muy al estilo de la peineta española.

- Eres capaz de vender monedas de animales a 3.000 euros. Esto es la locura del Año Nuevo Chino o Lunar, que se acerca. Todo son compras, y sobre todo con la cara del animal del año, que en este año será el buey. Monedas con bueyes a 3000 euros señores!

Continuará